Nuestra sonrisa es nuestra mejor tarjeta de presentación. Posee un gran impacto en todos los ámbitos de nuestra vida, desde el terreno personal hasta el mundo laboral, y ejerce una gran influencia sobre nuestra autoestima. El diseño de sonrisa nos permite mejorar notablemente el su aspecto así como nuestra salud buco–dental de forma integral.
Hay muchos factores que intervienen en una sonrisa bonita y sana, factores relacionados entre sí de manera armónica. Cada uno de ellos representa un aspecto de tu salud bucal que tu odontólogo sabe cuidar de la manera más efectiva. Esos factores son el estado de tus piezas dentales, su posición, color o tamaño, etc.
Por eso, en el diseño de sonrisa intervienen de manera coordinada y persiguiendo el mismo objetivo muchas de las especialidades odontológicas habituales, como la ortodoncia, la periodoncia, la endodoncia, la cirugía, etc. Por tanto, el diseño de sonrisas es la forma de abordar la salud y la apariencia estética de tu boca de manera integral.
¿Cómo es el diseño de sonrisa en la práctica?
El diseño de sonrisas comienza por un estudio dental y facial a fondo, y un análisis de las necesidades del paciente. El dentista valora la situación de partida junto con el paciente y se deciden las diferentes intervenciones que será necesario realizar para lograr los objetivos perseguidos.
A continuación se planifica todo el tratamiento de manera personalizada y se establecen las distintas fases del mismo. Cada paciente es distinto y tiene unas necesidades diferentes por lo que cada tratamiento será diferente. La clave en este punto es identificar claramente las áreas en las que habrá que intervenir para lograr transformar la sonrisa del paciente y su salud buco–dental.
Cada especialidad odontológica contribuirá de una manera específica al diseño de sonrisa del paciente odontológico. La ortodoncia ayudará a que las piezas dentales se desplacen hasta su posición correcta. La cirugía soluciona los distintos problemas con las encías o los maxilares que afectan de una manera negativa a nuestra sonrisa. El blanqueamiento dental mejora el color de los dientes para conseguir que nuestra sonrisa brille como nunca. La implantología restituye las piezas dentales dañadas que no es posible conservar.
Como es natural, el desarrollo del tratamiento también varía en función de las necesidades de cada paciente. Hay intervenciones que requieren más tiempo que otras. La ortodoncia, por ejemplo, es un procedimiento que se prolonga más en el tiempo. El seguimiento del paciente y de la evolución del tratamiento es fundamental para lograr la sonrisa sana y bonita que estamos buscando.